domingo, 4 de octubre de 2009

¿EXISTE VERDADERAMENTE EL INFIERNO?

“De Dios nadie se burla”
(San Pablo a los Gàlatas 6.7)

¡NO EXISTE EL INFIERNO! Dicen…

-Los libres pensadores:
¡Usted injuria la razón humana!… ¡en nuestro siglo creer en el Infierno!

-Los Escépticos:
¡Invenciones de los curas! ¡Historias de espantos!

-Los Modernistas:
¡No hablemos de eso!... ¡Ustedes van a vaciar nuestras Iglesias! … Ustedes atacarán el espíritu moderno.

-Los optimistas y los sentimentales:
¡Dios es demasiado bueno!... ¿Por un pecado de un momento?...

No se trata de saber si se cree o no. Si usted encuentra eso a su gusto o no. Si a los intelectuales modernos les acomoda o no.
Se trata de saber si el Infierno existe. ¡Y bien!...

¡EXISTE EL INFIERNO!

“Dios no paga todos los sábados” dice un proverbio italiano.
Pero…”De Dios, nadie se burla” nos repite con frecuencia La Sagrada Escritura.
“Yo soy el Señor y yo no tengo mas que una palabra”, nos dice Dios por el Profeta Malaquías. ¿Cómo estar bien seguro de que existe un infierno?
Por Nuestro Señor Jesucristo…
Quien no puede engañarse, ni engañarnos.
Porque El es Dios y ha manifestado su Divinidad por sus milagros.
Porque Dios nos ha revelado que existe verdaderamente un Infierno.
Abrid La Sagrada Escritura y encontraréis este Dogma repetida en múltiples ocasiones.

EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.

Recorred los salmos, los libros sagrados, los profetas. Frecuentemente refiriéndose a los impíos, hablan de “gusano que roe y no muere”, de “fuego que no se apaga”, de “fuego que los devorará”, ¿Quién de vosotros podrá soportar este fuego que devora? “¿Quién de vosotros podrá vivir en medio de los fuegos eternos?”, etc.

EN EL NUEVO TESTAMENTO.

Cuantas veces el Evangelio nos recuerda esta verdad.
San Juan Bautista.
He aquí el resumen de su predicación:
“Haced penitencia, porque ya el hacha está puesta a la raíz del árbol”.
“Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego”.
“El almacenará su trigo en su granero, mientras la paja la quemará con fuego inextinguible”.

¿Nuestro Señor Jesucristo ha predicado el Infierno?

Aún si no hubiera hablado más que una sola vez, seria suficiente. Bajo pena de renunciar a ser de sus discípulos y bajo pena de ser rechazado por El, deberíamos creer en su divina palabra que no puede engañar.
Pero Nuestro Señor Jesucristo ¿hablo del Infierno solo una vez?
Nuestro Señor Jesucristo “Que venia a salvar al que estaba perdido”. ¿No nos puso en guardia?; Cuantas veces habla de las “tinieblas exteriores” del lugar en donde habrá. “Lágrimas y rechinar de dientes” de la Gehenna (6 veces en San Mateo).
“Nada temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma: Temed más bien al que puede arrojar alma y cuerpo a la Gehenna” (Mateo X.28).
¿Se dice que el pensar en el Infierno es inútil?
Leed las actas de los Mártires. ¿No es cierto que con esta última frase en medio de las torturas respondían fieramente a sus jueces?

¿Nuestro Señor Jesucristo tuvo temor de insistir?

Escuchad lo que nos dice para no titubear ante ningún sacrificio: “Si tu mano (en otra ocasión El precisa: si tu derecha) te escandaliza, córtatela: mejor te será entrar manco en la vida que con ambas ir a la Gehenna, al fuego inextinguible, donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga”.
Y el Buen Maestro insiste:
“Si tu pie te escandaliza, córtatelo: mejor te es entrar en la vida cojo que con ambos pies ser arrojado en la Gehenna, donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga”.
Pero no se insistirá jamás demasiado para salvar a éstos pobres locos que se dejan seducir por: “la chatarra de feria” que nos deslumbra tanto. Y Él continúa:
Si tu ojo te escandaliza, sácatelo: mejor te es entrar tuerto en el reino de Dios que, con ambos ojos seas arrojado a la Gehenna, donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga”.
Y este discurso en donde el Hijo de Dios insiste tanto, lo ha repetido frecuentemente, porque San Marcos (IX, 43-48) y San Mateo nos lo reportan. Pero San Mateo nos lo reporta en varias partes (V-29-30-XVIII.8-9-XXIII.15). Ya que los Evangelios son más que un resumen de la vida de Jesús. Es entonces Nuestro Señor mismo quien lo recuerda frecuentemente.

Y el discurso sobre el Juicio Final (S. Mateo XXV).

“Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno, preparado para el Diablo y para sus Ángeles”.
Los que temen saber si hay fuego en el infierno leed éstas palabras y las del final del mismo discurso:
Y éstos irán al suplicio eterno…”(los justos a la vida eterna”).

La Historia del Rico Epulón (S. Lucas XVI, 19-31).

Los sentimentales que se imaginan que se pueden burlar impunemente de Dios mediten esta advertencia de la Verdad Eterna, así como éstas expresiones de la historia del rico Epulón. Es Jesús mismo quien las ha escogido para hacernos comprender:
“Este lugar de tormentos”. “Estoy atormentado en las llamas”. “Hijo, acuérdate de que recibiste ya tus bienes en vida y Lázaro recibió males, y ahora él es consolado, y tú eres atormentado.” “Entre nosotros y vosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros no pueden, ni tampoco pasar de ahí a nosotros…
“Padre, te lo ruego, envía a Lazarlo a casa de mi padre, (porque tengo cinco hermanos), para que les advierta a fin de que no vengan también ellos a éste lugar de tormento”.
“Y dijo Abraham:”
Tienen a Moisés y a los Profetas: que los escuchen”.
No. Padre Abraham, dijo él, (el rico malo) , pero si alguno de los muertos fuese a ellos, harían penitencia.
“Y le dijo: Si no oyen a Moisés y a los Profetas, tampoco creerán si un muerto resucita”
Así entonces el Hijo de Dios nos ha prevenido.
Los que hacen poco caso del Infierno mediten estas palabras, entre muchas otras graves advertencias del Corazón de Jesús, para apartarnos de estos terribles castigos que esperan a los que se “burlan de Dios”.

¿Y los Apóstoles?

San Pedro: “Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, los precipitó en el abismo de las tinieblas al fondo del Tártaro para ahí ser atormentados”… (II Pedro, II-4).

San Pablo: “El Señor castigará con las llamas del fuego a los que desconocen a Dios y no obedecen el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Sufrirán las penas eternas en la muerte, lejos de la faz del Señor”. (II Tesalonicenses, 1.8), (Gal. V, Efesios V, 5).

Y este grito de pavor:
“Terrible es caer en las manos de Dios vivo” (Hebreos X, 31).
Además, a pesar de los milagros y de las conversiones que Dios le había concedido, reconoce.

“Castigo mi cuerpo y lo esclavizo, no sea que, habiendo predicado para los otros, resulte yo mismo reprobado” (I Cor., IX, 27), (I Cor., VI, 9-10).
Y el dulce San Juan: “Si alguno adora a la bestia… Será atormentado con el fuego y el azufre delante de los santos ángeles y delante del Cordero. Y el humo de su tormento subirá por los siglos de los siglos y no tendrá reposo ni de día ni de noche”. (Apocalipsis, XIV, 10).

“Y todo el que no fue hallado escrito en el libro de la vida fue arrojado en el estanque de fuego”. (Apoc. XX, 15)

“Los cobardes, los infieles, los abominables, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el estanque, que arde con fuego y con azufre, que es la segunda muerte”. (Apoc. XXI,8), (XIII, 18).

SI. EXISTE UN INFIERNO…Y UN INFIERNO ETERNO.

Es de Fe. Lo sabemos con certeza porque es Dios mismo quien nos lo ha advertido. El quien nos ha dicho: “Yo soy el Señor y yo no cambio” (Malaquias, III, 6).
La Iglesia nos lo advierte por el Símbolo de San Atanasio y el IV Concilio de Letrán y por su enseñanza de todos los días. El que rehusare creerlo quedará fuera del Arca de Salvación.

¿IRÁ USTED AL INFIERNO?

SI… si usted no cree. “El que no crea será condenado”. (S. Marcos, XVI, 16).

SI… si viviendo en estado de pecado mortal usted no se quiere convertir.

SI… si usted osa, usted pequeña criatura frente al Ser infinito ir contra uno de sus mandamientos, despreciarlo poniéndose por sobre de El.
No piense poder actuar impunemente. “De Dios nadie se burla”. Es El quien tiene la última palabra. Piénselo

SI… usted que no teme a Dios, usted que se resiste a creer en su palabra a pesar de las pruebas que El le ha dado, usted que acepta las malas doctrinas, usted que se empeña por ganar un poco de dinero o prolongar su salud y no hacer nada por su salvación eterna, usted que se deja arrastrar por el respeto humano, usted que hace confesiones y comuniones sacrílegas, usted que no santifica el día del señor, que no quiere perdonar o restituir el bien mal adquirido o romper con esa ligazón culpable, o aceptar el deber de la procreación en el matrimonio, huir de la impureza, obedecer a la Iglesia de Jesucristo, etc..

SI… muy probablemente… si usted pospone su conversión para mañana.

“Aquel que ha prometido el perdón al pecador arrepentido, no le ha prometido el día siguiente”. (Dice San Gregorio).
La regla general es esta: “¡Tal vida, tal muerte!”
¿Pero entonces amigo, a donde va usted?
¿A dónde iría usted si fuera muerto tal día? ¿Esta mañana?
¿No son éstas algunas preguntas que “todo hombre de juicio y razón” debe hacerse?

¿PERO DONDE ESTA LA BONDAD DE DIOS?

-¿No la ve usted?
Mire el Crucifijo. “Dios amó tanto al hombre que le dio su unigénito Hijo, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la vida eterna”. (San Juan, III, 16).
“El se anonadó por nosotros”. (Felip., II, 7). “El me ha amado. El se ha entregado a Si Mismo por nosotros”, dijo San Pablo.
Cuántas veces El ha venido a tocar la puerta de su corazón! Y el tiempo tan precioso que le ha dado, no es su Misericordia que le concede para que usted la emplee en su salvación?
¿Qué espera?
Láncese a sus pies. Pídale perdón. Póngase resueltamente a practicar sus mandamientos. ¡Es fácil y dulce!
La Bondad de Dios no es debilidad. Usted que continúa haciendo poco caso de los deberes para con Dios, y pecando en su presencia.
Sépalo. No lo olvide jamás:

¡DE DIOS NADIE SE BURLA!

FSSPX.