miércoles, 13 de febrero de 2013

"MUERTO TE FINGES, MUERTO SERAS" - SAN VICENTE FERRER


Ejemplo de San Vicente Ferrer que demuestra que con las cosas de Dios no se juega. 

…Vicente destacaba en la devoción a la Santísima Virgen, la visita a la iglesia, la ofrenda de flores con cánticos a María, “los sermones que repetía en casa y en los recreos con los demás niños de la escuela. 

Pronto apareció el “jefecillo” entre sus compañeros. Basto en cierta ocasión que uno le llamara el “santo”, para que todos hicieran risas del pequeño “predicador”. Y mientras unos le subían a un pedestal para que les siguiera predicando, otros intentaron, en este largo recreo, probar su santidad y el poder de hacer milagros. 

A lo lejos bajaban en procesión con llantos, chillidos y rezos. Traían a hombros un cajón en forma de ataúd con un niño muerto. Lo ponen a los pies de Vicente e imploran que lo resucite ¡Que será de nosotros si no lo haces! ¡Resucítalo! ¡Resucítalo!

Al inclinarse sobre él para descubrirlo, se hace un silencio estremecedor. La voz terrible de Vicente: “Muerto te finges, muerto serás”, los deja a todos horrorizados. El niño no saltó del ataúd como esperaban. Está muerto de verdad. La fechoría se convirtió en tragedia. Entonces sí que pudo tanto la inocencia de los niños como la fe del “predicador”. “Jamás juguéis con las cosas santas, que son de Dios” Y el niño resucitó. 

Vida de San Vicente Ferrer 
 Fr. Constantino Martínez, O.P.

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