martes, 7 de febrero de 2017

NECESITAMOS UN SAN PABLO, Y TAMBIÉN, UN SAN AMBROSIO, UN SAN AGUSTÍN, Y UN SAN IGNACIO DE LOYOLA


Bergoglio no es una casualidad.

Es la consecuencia actual de una lejana felonía modernista, la que nunca cejó en sus fines, sino que los profundizó debido a que alguien les abrió la puerta de par en par.

Los Modernistas se apropiaron del Concilio VII, por estar hecho a la medida de ellos, a instancias del Papa Juan XXIII, que les era afín en lo esencial, en lo que define la pertenencia de una persona y la especifica.

Las formas exteriores mas o menos pueden haber sido en su origen de tinte conservador, después de todo, se celebraba universalmente la Misa en el Rito Tridentino y el lenguaje oficial era el latín, pero lo de adentro, el contenido, el pensamiento profundo, la Doctrina, ya no era la Tradicional, Católica, sino Modernista.

Importa, pero no tanto, la pertenencia de Roncalli a una logia masónica, y a la vista de todos está, que por la identidad en lo esencial, abrió las puertas de todo lo que hasta el Papa Pío XII, inclusive, estaba condenado por sus Antecesores, y en reiteradas oportunidades.

Y se comenzó a prohibir lo que antes reinaba, y perseguir a quienes no se alineaban.

De Juan XXIII al actual Bergoglio, los ocupantes de la Sede de Roma, no han hecho sino profundizar la construcción de una nueva realidad, completamente diferente y opuesta a la que había en el seno de la Iglesia hasta antes del Concilio.
La Verdad ya no era la que es, sino que el hombre la construye.

Y con esto que diré seguidamente, los de derecha se van a encolerizar, pero se debe también incluir a Benedicto XVI, en la lista de los responsables principales, quien con suma sagacidad, produjo un acercamiento a los sectores tradicionalistas, sin dejar de recalcar que debían estar incluidos dentro del gran paraguas del CVII, y como un carisma más, y no pocos lo vieron con buenos ojos y lo aceptaron.

Es que la derecha no distingue el bosque de la Verdad, el Bien, la Justicia, el Orden, la Belleza, porque tapa su visión objetiva el interés mezquino, por tanto es oficialista, de componendas, liberal, y conservadora en los modos educados, emplean cubiertos para comer una empanada, jamás se calzan con alpargatas, y sólo usan lapiceras Dupont Paris de oro para firmar las rendiciones y los créditos hipotecantes de Dios y de la Patria.

José Antonio la retrató magistralmente.

Esta maniobra de inclusión llevada a cabo por Ratzinger, fue la fiel representación de las tramoyas modernistas, a la cual Bergoglio le pondrá el broche final, y van …..

Pero no estuvieron solos ejecutando la tarea.

Lo que pasó y pasa en la Iglesia, y en el Mundo, no es únicamente responsabilidad de unos pocos que están en las instancias de mando superiores, no, es responsabilidad de muchos miles más, que no han planteado resistencia sino conformidad, por cobardía, por acomodaticios, por compartir los mismos errores.

¡Viven como propias las realidades implantadas por el Modernismo!

Cuántos hay que temen alejarse de las frondosas limosnas y ayudas económicas, ya descaradamente convertidas en propinas de gastronomía que engrosa las ganancias del mozo, el techo, la cama, el plato de comida, el refrigerador, el aire acondicionado y la calefacción, la fama, las invitaciones de los fieles, los viajes, las comodidades del convento, parroquia, o como se llame en donde pernocta en su anomia burguesa.
¡Les causa pavor el calzado demasiado reparado, la ropa remendada, la comida salteada, y el ausente sonido del titilar de las monedas en el bolsillo!

Y como es más fácil y conveniente serlo que oponerse ….. ahí, a la vista, están los frutos.

Son Modernistas.

Es que, al perder de vista la Doctrina de Siempre, sobre la que se sustentaba el edificio de la Iglesia, la Única que tenía el documento de identidad que la determinaba: Las Cuatro Notas, y cambiarla por las diversas bijouterie del Modernismo, han perdido el espíritu que caracterizaba la vida de Misioneros: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a conservar todo lo que os he mandado. Y mirad que Yo con vosotros estoy todos los días, hasta la consumación del siglo” (Mt., 28:19,20)

….. Y Bergoglio no quiere que hagan proselitismo porque es un grave pecado contra el ecumenismo …..

¿A quiénes les importa actualmente la validez de la Consagración, de las condiciones para recibir correctamente los Sacramentos?

¿Por qué se sorprenden con Bergoglio, si de vieja data los Modernistas han apoyado todo tipo de perversiones: abortos, pedofilia, homosexualidad, drogas, terrorismo, mafias, robos, etc.? ¿Dejamos de lado las amenazas de algunos de sus pares, al Cardenal Siri?

¿Nos hemos olvidado de Marcinkus, Bea, etc.?

¿Y tampoco se consideran, los Obispos que autorizan cualquier cosa, y los Sacerdotes que las trasladan a los fieles, sin medir las consecuencias, ni para ellos, ni para éstos?

Bergoglio no ha sido lanzado en paracaídas para apoderarse de la Sede de Pedro, desde hace más de 50 años ex-sede de Pedro, fue elegido por una importante cantidad de Cardenales, que sabían muy bien lo que estaban haciendo.

Toda esta gente estaba en pleno conocimiento sobre qué pensaba y qué se traía entre manos.

Por coincidir es que lo eligieron.

Se lo esperaba, dentro y fuera de Roma.

Y esta espera, que es objetivo logrado, a la vez, se conoce que representa una instancia previa a otras, porque el mecanismo de desenvolvimiento contempla etapas, ahondamiento del proceso, y culminación en el Gran Aquelarre.

Pero hay que reconocer que se está tocando fondo y en serio, como nunca antes.

Esto ha superado a los tiempos de Noé, a Sodoma y Gomorra.
¿Qué otra cosa más horrenda podía hacer para superarse, el porteño hereje, de las que ya hizo?

¡Y logró encontrar una nueva! ….. al animar a la Caram, a que siga haciendo lío, un lío que ha llegado al extremo de la locura al blasfemar contra la Santísima Virgen María y San José.

Es que Bergoglio da para todo lo que es malo, lo inverso, sin medida, sin mediar modos cordiales, nada de eso, pues comparte los de las izquierdas, en esencia revolucionarias, sus verdaderos amigos: Castro, Che Guevara, Chávez, Montoneros, Mir, Tupamaros, Sacerdotes por el Socialismo, etc.

Y los únicos que festejan son el Diablo y su pandilla ….. suena jocoso, pero no lo es en absoluto.

¿Puede acaso pensarse que no es así, ante tal cúmulo de pruebas?

Los que no quieren ver, no están invitados.

La siguiente es una expresión dura, pero no por eso menos real, ya San Mateo nos lo advirtió hace un tiempo sobre todo esto: “Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, predicha por el Profeta Daniel, instalada en el lugar santo... “ (Mt., 24: 15).

Al leer el artículo de Fray Gerundio, Necesitamos un San Pablo, simplemente quise añadir unos Amigos, pues me pareció que le faltaba compañía, y decidí pedirle sume inestimables ayudas para la ardua tarea: San Ambrosio, San Agustín y San Ignacio de Loyola.


Eduardo Sebastián Gutiérrez