domingo, 4 de febrero de 2018

LOS ENEMIGOS DE DIOS Y ESPAÑA Y SU ODIO A LA CRUZ DE CALLOSA DE SEGURA



Los enemigos de Dios y de España retiraron recientemente la ya famosa cruz de Callosa de Segura, Alicante, (España) con premeditación, nocturnidad y alevosía, aunque afortunadamente la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) paralizó la retirada de la cruz en honor a los caídos por la Fe y deberá ser devuelta a su lugar por mucho que les pese. Esperemos que así sea y la cruz de Cristo, recuerdo de la gloriosa Cruzada del 36, sea un símbolo de resistencia a la ideología dominante.

Son tiempos recios y es hora de jugársela en defensa de nuestros símbolos más queridos. No podemos dejar que nos avasallen ultrajando impunemente los más grandes ideales en los que creemos. Hay que rezar mucho, formarse y pasar a la acción. Defendamos los derechos de Dios y de España hasta dar la vida si es necesario. Morir o vencer.

Javier García Isac, director de Radio Ya y con una dilatada trayectoria en los medios de comunicación analiza los hechos y reflexiona en torno a la sectaria ley de memoria histórica, que se volverá todavía más feroz contra los símbolos patrióticos y religiosos.

¿Que valoración hace de la retirada de la cruz de Callosa de Segura?

La mal llamada ley de memoria histórica, es la coartada perfecta para atacar los símbolos religiosos. Se trata de identificar franquismo con religión, y en algo tienen “razón”, pues la victoria de Franco, salva a la iglesia católica de su exterminio. En definitiva, estamos en la segunda fase de aplicación de esta ley. Primero retirar placas y monumentos y ahora directamente atacar al cristianismo.

¿Quienes son los principales culpables y sus cómplices?

Sin lugar a dudas la izquierda de este país por acción y la cobarde derecha o centro reformista por omisión. Rajoy y su mayoría absoluta no derogaron esta infame ley. No se dan cuenta que ellos también serán objeto de su aplicación. No se dan cuenta de que esto deslegitimiza la propia monarquía y su propio partido, fundado por un ministro de Franco.

Una de las consecuencias de la sectaria ley de memoria histórica…

La consecuencia más inmediata es borrar las huellas de los crímenes cometidos por la izquierda de este país. Más que memoria, tratan de borrar sus fechorías. Es tergiversar y mentir sobre nuestro pasado, ajustándolo a sus intereses. Sobre todo sacar del debate cuestiones que les dejarían en evidencia. Vivimos la época de mayor falta de libertad individual nunca antes conocida.

¿Cómo valora la heroica resistencia de este pueblo?

Digna de admiración. A pesar del silencio cómplice de gran parte de la mayoría de medios de comunicación, a pesar de las mentiras vertidas, el pueblo no se ha dejado engañar. Espero que lo tengan muy presente a la hora de votar, en las siguientes elecciones municipales. La actitud de las personas del pueblo, su resistencia, debe servirnos de ejemplo a todos.

La ley actual es el paso previo a una ley de memoria histórica más agresiva…

Esto sólo es el principio de lo que nos espera. Una ley mucho más agresiva, donde por decreto se nos dirá lo que debemos pensar, decir o escribir. Quedando prohibida toda disidencia, toda discrepancia, sientan las bases de una nueva sociedad donde la mentira y la falta de debate serán el denominador común.

Esa ley viola la libertad de los católicos a exponer sus símbolos…

Sin lugar a dudas, uno de los objetivos principales, es anular la religión católica. Marginarla y apartarla de la vida pública. Los católicos somos el enemigo a batir, nuestra marginación es prioritaria para el triunfo de sus tesis. Hacernos ver como normales comportamientos que no lo son. La imposición de las leyes de ideología de género, por ejemplo forma parte de este plan de anular nuestra identidad.

¿Cómo podemos reaccionar ante este y otros muchos atropellos?

No basta ya con una resistencia pasiva. Debemos ser activos, participar en todo tipo de foros y debates. No hay que dejarnos amedrentar. Escuchar Radioya y medios afines es una forma de militancia. No hay que prestar apoyo a ninguna organización política, medio de comunicación o institución, que no tenga clara que esta ley debe ser derogada. Debe ser una prioridad de todo patriota, de todo católico español.

Javier Navascués